Dragón

Oh, Dragón, qué criatura. Este ser mágico y desinteresado terminó la carrera del Emperador de Jade en quinto lugar porque, mientras volaba hacia la meta, vio lo sedientos que estaban la gente, los animales y la tierra. Sabiendo que podía calmar el sufrimiento de la humanidad, Dragón se detuvo e hizo llover. Entonces se dio cuenta de que Conejo estaba atascado en medio del río sobre un tronco y la sopló hasta la orilla, lo que permitió a Conejo llegar a la meta por delante de Dragón.

Por estas razones, el Dragón es conocido por ser noble, poderoso, generoso e idealista. Siempre se ha considerado que los dragones controlan la lluvia; se cree que la palabra mandarín para “Dragón” proviene del sonido para trueno. Los antiguos chinos se consideraban descendientes directos de los dragones y creían que sus emperadores tenían sangre de dragón.

Algunos especulan que las antiguas tribus que vivían en China tenían tótems animales, con una tribu adorando a una serpiente enroscada. Cuando esta tribu se mezcló con otras nueve, sus tótems animales se injertaron en la serpiente, transformándola en un dragón. Algunos dicen que los huesos de dinosaurio podrían ser en realidad huesos de Dragón.

Los dragones son valientes, inteligentes, carismáticos y apasionados. Suelen casarse tarde en la vida y, como líderes naturales rebosantes de seguridad en sí mismos, no les gusta depender de los demás. Son muy trabajadores y capaces de triunfar en todo. Honestos y directos, los Dragón ansían ser útiles y necesitan encontrar un propósito u objetivo en la vida. No reconocen sus propios límites y deben evitar el exceso de trabajo.

La riqueza y el prestigio son sus principales aliados.

La riqueza y el prestigio impresionan a los Dragones. Pueden ser perfeccionistas y propensos a breves ataques de ira. También pueden ser impetuosos, inflexibles y descarados. Los Dragones deben tener cuidado de no volverse tiránicos.