Cuarta Casa

La Cuarta Casa: La Casa de la Familia y el Hogar

La Cuarta Casa es comúnmente conocida como la Casa del Hogar. Cuando pensamos en el hogar, pensamos en ese lugar donde echamos nuestras raíces. Sentamos nuestros cimientos y nos plantamos firmemente en la Tierra, por así decirlo. Un día volveremos a esa misma Tierra. La Cuarta Casa cierra el círculo abordando también la vejez, los finales y nuestro lugar de descanso final.

Mucho del énfasis que se pone en la Cuarta Casa se centra en la vejez, los finales y nuestro lugar de descanso final.

Mucho del énfasis de la Cuarta Casa, sin embargo, está en el concepto de hogar. Al echar raíces, creamos un hogar para nosotros mismos o, más concretamente, para el yo. Merece la pena señalar que, además del hogar externo (todos los ladrillos y el cemento que nos rodean), en realidad hemos traído a casa el yo esencial.

Las palabras en sí mismas suenan tranquilas. El yo está ahora centrado, enraizado, unido y en paz con la Tierra. Queremos volver a casa, tanto física como psíquicamente, para nosotros y para nuestros seres queridos. Al crear un hogar, creamos un lugar de encuentro, un santuario, un lugar sagrado para nosotros y para los demás.

En nuestro hogar, integramos el yo con todo lo que nos ha precedido y ha contribuido a dar forma a lo que somos hoy. Creamos un espacio doméstico que nos reconforta y nos nutre y que sirve para mantener a salvo a quienes amamos. Aquí también son importantes la historia familiar, las normas culturales y sociales y la forma de ser. Todo ello está regido por la Casa IV, al igual que nuestra ascendencia, raíces y herencia. Estas cualidades se traen ‘a casa’ a través de nosotros y se integran en el lugar que llamamos hogar.

Ayudando a crear el hogar que formamos están nuestros padres, ya que son ellos quienes en gran medida nutren y dan forma a nuestro ser. Por lo tanto, también se puede pensar en la Cuarta Casa como la Casa de la Madre, del Padre o de la Criadora.

La Cuarta Casa es la Casa de la Madre, del Padre o de la Criadora.

Viendo las cosas desde un punto de vista estrictamente tangible, podemos ver que la Cuarta Casa también abarca estructuras físicas (casas) y bienes inmuebles. La Cuarta Casa representa la familia, la historia y las tradiciones. Todo ello contribuye al proceso de convertirse en un yo verdadero, actualizado e individualizado. Así es como volvemos a casa.

La Casa IV está regida por Cáncer y la Luna.